Hace ya unos cuantos meses, está surgiendo un nuevo término que se empieza a oír con mucha frecuencia en el sector y, por lo que parece, se postula como la herramienta indicada en este camino que debemos recorrer de la mano, el camino de la Transición energética. Hablamos de las comunidades energéticas.
Son agrupaciones de personas físicas, entidades, asociaciones, administraciones públicas, PYMEs… que se concentran en una misma persona jurídica, cuyo objetivo va a ser gestionar de manera conjunta la energía que van a generar ellos mismos. La finalidad de esta cooperación será brindar beneficios económicos, sociales y ambientales a sus miembros o al área local en la que estén activos; más allá de la finalidad lucrativa.
La principal ventaja
Esta participación conjunta pone en el centro de la decisión y de la acción a la ciudadanía. La afiliación en las comunidades energéticas está abierta a todas las personas como usuarios finales y la toma de decisiones se resuelve a través de democracia directa. Se basan en la participación abierta y voluntaria y aseguran la independencia y autonomía en la toma de decisiones; abriendo un marco de empoderamiento de la ciudadanía en donde todos somos responsables y beneficiarios directos.
Los proyectos energéticos que se desarrollan son de su propiedad y están situados próximos a estas comunidades energéticas. Las instalaciones de generación actualmente están siendo de energía fotovoltaica, pero pueden ser de cualquier tipo de energía renovable.
¿Cómo surge el concepto de Comunidades Energéticas?
Este concepto de comunidad energética surge tras la aprobación del RD244/2019 donde por primera vez se regula el autoconsumo compartido, es decir, estas comunidades energéticas tienen que cumplir las condiciones que establece el RD244/2019 respecto al autoconsumo compartido que son:
- Los autoconsumidores deben estar conectados al mismo centro de transformación y la distribución de energía debe ser en Baja Tensión.
- Debe haber una distancia máxima de 500 metros entre la planta fotovoltaica y cada uno de los autoconsumidores.
- La producción del sistema fotovoltaico y los autoconsumidores deben estar registrados en la misma referencia catastral (teniendo en cuenta los 14 primeros dígitos).
Los principales beneficios de una instalación comunitaria radican en que varios consumidores pueden beneficiarse de una única instalación fotovoltaica/renovable, fomentando la disminución de los años de amortización y aumentando la rentabilidad de los sistemas. Además, posibilita la generación limpia y distribuida a aquellas personas que no tengan una cubierta o zona idónea para ello. Solucionando, de esta manera, las limitaciones de espacio o los problemas que podamos encontrar en zonas como las ciudades, mayormente habitadas en pisos de bloques de viviendas.
¿En qué punto estamos?
Si bien España todavía no cuenta con una regulación específica sobre el tema, en Europa ya se están desarrollando las directivas que marcarán el sector a nivel comunitario. No obstante, el IDAE ha establecido una línea de trabajo propio para fomentar este tipo de comunidades que en Europa interesa fomentar e incluye financiación que se estudia para cada proyecto. El IDAE ayuda en todo el proceso ya que a día de hoy en la legislación no existe la figura de comunidad energética como tal, pero se considera que es una nueva figura en el sector socio-económico energético que apoya la transición energética. Esta figura ayuda a la participación de muchos sectores de la sociedad en la generación distribuida.
Como en todo modelo nuevo existente encontramos algunas indicaciones para mejorar su desarrollo como que son proyectos boottom-up o el apoyo de instituciones públicas, y ciertas barreras como son su desconocimiento o la manera de establecer un buen plan de gobernanza.
La Comunidad Energética de Esparza, la comunidad energética impulsada por el Ayuntamiento de Urroz, ambas en Navarra o La Comunidad Energética Local de Lasierra, en Álava son ejemplos pioneros en este campo. Todos estos proyectos han sido fomentados por la cooperativa navarra de consumo eléctrico EMASP, que nos facilitan un portal con información muy interesante sobre el tema.
De las experiencias es como aprendemos y al revisar la documentación aportada observamos que aparecen 3 documentos claves para el éxito de las mismas:
- ESTUDIO DE VIABILIDAD, ANÁLISIS ECONÓMICO -FINANCIERO Y SOCIAL DE UNA COMUNIDAD ENERGÉTICA
- Un plan de gobernanza de los participantes (Estatutos, Normas de Gobernanza… que favorezca las entradas y salidas, asegure el buen funcionamiento de la instalación, etc.)
- Plan de financiación incluyendo ayudas y subvenciones
Tal y como hemos explicado a lo largo del artículo todavía queda un largo camino por recorrer y mucho que iros contando sobre el tema, así que permaneced atentos. Parece ser que esto arranca y que, como sabemos, la unión hace la fuerza, el único camino para conseguir una verdadera Transición Energética en manos de las personas.